martes, 26 de diciembre de 2017

A propósito de las fiestas de fin de año

Esta época es una de las más esperadas en virtud que en muchos casos coincide con un tiempo de vacaciones, pero además, se planifican viajes, convivios, las visitas a familiares, o simplemente en descanso en familia.  De acuerdo a las costumbres judeocristianas en el caso de nuestra sociedad se celebra del nacimiento del Niño Jesús y, a la vez, se promueve una gran conmemoración espiritual.  Pero lamentablemente en mucha de la población la comercialización de la época ha inundado a las familias, el estrenar, el regalar, el comprar regalos costosos, el aumento de accidentes por conducir bajo efectos de bebidas alcohólicas, entre otras condiciones, hace que muchas familias queden afectadas por accidentes o de luto por la pérdida de un ser querido.  De todo se presenta en esta época, y en muchos casos se ha perdido el verdadero sentido de la celebración.  Hoy quiero acudir a usted para invitarle de manera especial a que tomemos el sentido de la navidad, que convivamos en armonía, que celebremos en nuestros corazones el nacimiento del Niño Jesús y, que además, tengamos como una práctica hacia los demás la búsqueda de la paz, de la armonía y de la convivencia familiar agradable y sincera.

Es necesario hacer un balance profundo y sincero de lo ocurrido durante el año 2017.  Aquello que hicimos bien o mal para aprender de ello, sobre todo para evitar repetir lo malo. Luchar fervientemente por alcanzar nuestras metas, muchas veces cuando termina el año e inicia uno nuevo empezamos por definir a qué queremos dar impulso en este nuevo período y empezamos comprometiéndonos pero es poco el tiempo que dura la alegría y entusiasmo, pues pronto dejamos de hacer lo que alguna vez nos comprometimos. En otras palabras empezamos las cosas y las dejamos a medias; este debe ser un compromiso de todos nosotros aquel en el cual todo lo que empecemos lo finalicemos. 


Es importante tener presente que nosotros los seres humanos con nuestros actos estamos enseñando a otros.  Hay personas cercanas a nosotros que tienen los ojos puestos sobre nuestro actuar. Si somos personas que planificamos, que actuamos con base en nuestros objetivos de vida y que todo lo que iniciamos lo terminamos, eso estamos enseñando a nuestros seres queridos.  Al contrario, si hacemos las cosas mal también estamos lanzando un mensaje a nuestros seres cercanos.  Por lo tanto, estamos en una época de armonía paz y felicidad pero también una época para dar, para enseñar y para aprender. Una época que nos puede permitir trazar el horizonte, el camino para lograr nuestros anhelos, nuestros propósitos en búsqueda de una mejor vida. ¡Felices fiestas de fin de año!

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