miércoles, 22 de noviembre de 2017

Época de graduaciones

Esta es la época en que recibimos participaciones  de amigos o familiares para asistir a sus graduaciones. En las redes sociales se observa la cantidad de personas que dan gracias a Dios y a sus familiares por el triunfo obtenido.  Recientemente vi unas fotografías del Dr. Daniel Domingo López, Viceministro de Educación, de su graduación como maestro hace tres décadas, se observa el orgullo con que luce su título y el agradecimiento que mostraba  a sus  respetables padres, quienes muy  orgullosos compartían con él esos recuerdos, también cuenta  las limitaciones con las cuales enfrentó ese momento.  

En 1985, obtuve mi título de maestro de educación primaria, fui un alumno becado, provengo de una familia de escasos recursos, quedé huérfano de padre a los 15 años, valoro, reconozco y agradezco  el esfuerzo de mi madre, quien con su trabajo diario y con la claridad hacia lo que deseaba que yo fuera en la vida, hizo todos los los esfuerzos  para lograr que realizara mis estudios y llegara a graduarme.  Estudié en escuelas rurales, institutos por cooperativa e institutos de educación básica y mi carrera en un instituto normal oficial.

Considero que el mayor agradecimiento que uno puede darle a los padres  o a quienes ayuden para realizar sus sueños en lo relacionado a los estudios, es dedicarse a estudiar,  no perder el tiempo y terminar los estudios. Siempre deben honrar a sus padres, nunca dejen de ayudarlos, ellos hicieron todo para que lograran sus metas y lo mínimo que se debe hacer es estar presentes  en sus vidas y en sus necesidades. Conozco casos en que, los padres han luchado para que sus hijos alcancen sus metas, ellos logran el éxito  y viven de forma muy holgada, sin embargo, los padres siguen viviendo con limitaciones y cuando los hijos los visitan, quieren que se les atiendan sus gustos, sin importarles si hay recursos económicos para sus más caros deseos, de estos hijos hay muchos, se avergüenzan de sus orígenes, de sus padres y de las condiciones en que viven.

No hay  nada más satisfactorio que sentirse orgulloso de sus orígenes y además honrar  a las personas que lucharon para que uno llegara  a donde está.  Gracias estimada, distinguida y preciosa dama, doña Telma Rivas López, por todo simplemente por todo. Es usted una gran señora  y para mí  una gran bendición que sea mi madre.  


Jóvenes graduandos, no olviden nunca que la meta alcanzada es clave para sus vidas y nunca dejen de agradecer a quien les apoyó para alcanzarla.

lunes, 6 de noviembre de 2017

183 días de clases promedio a nivel nacional

Por primera vez después de muchos años,  hemos llegado a 183 días de clases en promedio. Es un hecho sin precedentes en la historia educativa de Guatemala.  Para aquellos que critican que no se cumplen esos días de clases, les estamos diciendo que ese ya no es un tema  de crítica, aunque seguramente ahora saldrán con algo diferente,  siempre es así.  Soy de la idea que el tiempo por si solo, no resuelve ni garantiza nada, es lo que los docentes hagan con ese tiempo en clase, lo que marca  la diferencia.  

Cada año el ciclo escolar se ve afectado por condiciones muy particulares, el caso de manifestaciones y huelgas magisteriales,  festividades, permisos de docentes, capacitaciones, enfermedades de los docentes, sismos, lluvias, inundaciones, entre otros. Uno de los aspectos que afecta con mayor intensidad son los movimientos magisteriales que a través de la huelga, repercuten en la no atención de las clases.  La convocatoria que cualquier institución pública o privada realiza, -a veces sin autorización- para procesos de capacitación, pero que no prevé la forma de cómo atender a los estudiantes durante la realización de los mismos.  

Este año, esas situaciones han disminuido en gran escala, no hubo huelga magisterial y los procesos de capacitación fueron coordinados de mejor manera. Sin embargo,  uno de los problemas más relevantes fue el relacionado con los sismos en algunas áreas del país y problemas surgidos ante los desastres naturales.  Debo reconocer de manera muy especial, el nivel de cumplimiento y responsabilidad asumida por  la mayoría de docentes,  quienes a pesar de las inclemencias del tiempo y dificultades de acceso llegaron a sus escuelas,  a desarrollar su trabajo con vocación. Para ellos mi saludo y especial felicitación.  


Vi escenas de maestros que tenían que cruzar ríos  usando puentes colgantes,   puentes hamacas, lazos para sostenerse dentro del agua,  fueron escenas que vale la pena mencionar. Estos docentes arriesgaban sus vidas por cumplir como le corresponde a los buenos docentes. Reconocimiento, valoración y agradecimiento a todo el gremio magisterial, especialmente a los que cumplen y que con vocación e interés saben que están haciendo patria. A ustedes docentes, enhorabuena porque nuestro trabajo dé los frutos esperados, a sabiendas que los resultados en educación se ven a largo plazo.