miércoles, 1 de marzo de 2017

Censo escolar y participación docente

Oscar Hugo López Rivas, Presidente Jimmy Morales

Hace muchos años que el censo escolar no se realizaba. Los docentes antiguos recuerdan que al final de cada ciclo escolar efectuaban proyecciones de inscripción del año siguiente y para el efecto eran obligatorias las visitas a las familias. 

Esta vez no participaron todos los docentes por diferentes razones, entre ellas negativismo y falta de compromiso o porque están ubicados en áreas peligrosas.

Gran cantidad de educadores hicieron su trabajo con mucha responsabilidad; pocos me imagino, nunca hicieron el censo escolar antes y expresaban que debíamos pagar a personas para censar o que el INE se responsabilizara de esa actividad. Quien no quiere hacer su trabajo, siempre busca excusas de cualquier tipo.

El censo escolar con participación de los docentes es una enorme oportunidad, no solo para planificar el ciclo escolar siguiente, sino  para conocer la comunidad, la realidad de las familias y enterarse de los recorridos que los estudiantes hacen diariamente para asistir a la escuela.

Me llamó la atención el caso de un maestro que luego de realizar el censo escolar, expresó: “he sido muy inconsciente con mis alumnos, cuando finalizo mis actividades, los dejo  encargados de hacer la limpieza  mientras  voy a mi casa.  Me di cuenta que deben caminar  hasta tres horas para llegar a la escuela, entonces pensaba que, mientras yo almuerzo plácidamente en mi casa, los niños todavía están limpiando la escuela. No volveré a hacerlo, debo ser consciente de la realidad de ellos”.

El censo escolar se realizó en 12,850 comunidades; se identificaron 141,000 niños entre las edades de 6 a 15 años. Huehuetenango, San Marcos y Quiché fueron los departamentos con más  niños fuera del sistema; 73,000 niños nunca han asistido a la escuela; 68,000 alguna vez asistieron y 6,000 niños con capacidades especiales no asisten.

Las principales causas de la no inscripción son la pobreza y el desinterés.  Observé las fotos de docentes en todo el país que con gran responsabilidad y vocación visitaron a su comunidad. Reciban mi felicitación y mi reconocimiento por tan especial actitud. Esos son los docentes que necesitamos: comprometidos y vinculados con la comunidad, conscientes que su tarea no solo está en el aula, sino, tiene que ver con la vida de los niños.


Felicidades buenos hombres y mujeres que se dedican al magisterio, de ustedes nos enorgullecemos y juntos seguiremos trabajando por la educación del país.  

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