miércoles, 16 de agosto de 2017

La educación, herramienta para construir un país.

Escucho en múltiples ocasiones que la educación es pilar para el desarrollo, que con educación lograremos cambiar el rumbo de nuestra vida y de nuestra familia, que un pueblo educado progresa, que invertir en educación  es invertir en el futuro. Estamos claros que la educación es fundamental, necesaria y clave para alcanzar una sociedad desarrollada. Debemos preguntarnos: ¿qué tipo de educación queremos? ¿cuánto cuesta esa educación? ¿cómo debe ser esa   educación? La educación es un proyecto político de la sociedad, con ella estamos formando los ciudadanos que queremos: beligerantes, críticos, responsables, activos, transformadores o al contrario, obedientes, acríticos, consumidores o productores, creadores o reproductores, pensadores o seguidores. Por medio de modelos educativos que se desarrollan en los países, que parten de ideologías o fundamentos filosóficos de común consenso hacia el logro de los grandes desafíos que pensadores, políticos u otros actores definen como lo ideal, la meta o la aspiración que desean que sea esa sociedad, usan el sistema educativo como el medio para lograr esa aspiración. Países que luego de guerras que han destruido su infraestructura y tejido social, han tenido que revisar con profundo análisis el camino a seguir para resurgir con más fuerza, convirtiéndose en potencias en todo sentido. Ejemplos como: Japón, Corea del Sur, Corea del Norte, Israel, Cuba, entre otros. Ellos han visto la necesidad de cambiar el rumbo que ha de seguir su sociedad. Esas sociedades- como los lectores podrán apreciar- son sociedades capitalistas, socialistas o comunistas, pero todas tienen en común el modelo educativo que implementaron, que les dio la orientación ideológica, filosófica y política que sus líderes deseaban imprimirle a la sociedad. Esa orientación no se logra de la noche a la mañana, es resultado de diseño, planeamiento, implementación, dirección y evaluación de procesos a mediano y largo plazo, son décadas y siglos los que llevan a lograr la sociedad que se aspira. En Guatemala necesitamos que con valentía y acuerdos de los diferentes actores  trabajemos por la sociedad que aspiramos,  el modelo educativo para lograrlo, la escuela en donde se desarrolle ese modelo y el perfil de profesor para lograr esa aspiración.  No es cosa fácil, pero sí muy necesaria, es todo un desafío en el tiempo pero hay que iniciar el reto, poniéndonos de acuerdo en lo que deseamos que sea este país. El momento es ahora.    


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