Han llegado los meses del
merecido descanso para los niños y los
jóvenes. Es el turno de los padres,
quienes tienen que aprovechar este tiempo
en promover actividades especiales que permitan fortalecer la convivencia
familiar, sin descuidar mantener ocupados
a sus hijos en otras actividades igual de importantes. En estos tiempos en que los padres mayoritariamente se dedican a
trabajar, para lograr ingresos que favorezcan al sustento familiar, es
necesario que los meses de vacaciones de los niños y jóvenes, no sean periodos
en los que estos se dediquen a holgar, vagar o buscar compañías que en lugar de
edificarles, les provoquen desvíos en su conducta que luego pueden ser dañinos
para ellos, su familia y condicionen su futuro.
Muchos niños y jóvenes a pesar de
su buena conducta a veces son influenciados por compañeros o vecinos quienes
ante la falta de control familiar y la
inminente libertad que gozan, se contaminan al estar expuestos a drogas,
tabaco, licor, delincuencia entre otros
males sociales. La escuela en un inicio
tuvo la función de cuidar a los niños y jóvenes ante los compromisos de los
padres, ha ido evolucionando su función, sin embargo el periodo en que los
niños pasan en la escuela es aprovechado por los padres para hacer sus tareas
laborales y de esa cuenta garantizarse en buena forma que sus hijos estarán siendo
atendidos, mientras ellos trabajan, por lo menos, una buena parte del día.
Estoy consciente que no en todos
los lugares es posible que los estudiantes tengan otras actividades que les
edifiquen, sin embargo, hay algunas instituciones públicas y privadas que
trabajan con mucha responsabilidad y creatividad durante estos meses, entre
ellas: iglesias, municipalidades, academias, casas de la cultura, entre muchas
otras, ofreciendo cursos especiales como: karate, fútbol, teatro, música,
manualidades, servicio social, deporte, ajedrez, inglés, natación, etc. Si las condiciones no
lo permiten, por costo o carencia de programas especiales, es aconsejable que elaboren un plan con sus
hijos en donde incluyan la lectura diaria, la conversación sana, el juego
familiar, solo eso es tan edificante como no tenemos idea. El
punto básico es que como padres tenemos el compromiso de entregar a la sociedad
hombres y mujeres de bien, por lo tanto, el tiempo que podamos invertir en
nuestros hijos, será una inversión invaluable para el país. Recordemos que construir algo cuesta mucho,
destruirlo se hace en un segundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario