Hace unos
días tuve la oportunidad de conocer a tres profesionales puertorriqueñas
que me explicaban llevan más de 5 años viajando con cierta periodicidad a Guatemala.
Todo empezó en el 2010, cuando participaron
en una actividad académica de la lectura en nuestro país. Ellas son profesoras
y estudiantes de la Universidad de Puerto Rico, su especialidad es la docencia
en el área de literatura. Me relataron que cuando vinieron por primera vez Guatemala
a dicha actividad, conocieron a un niño que generó en ellas un sentimiento muy
especial. Al seguirle la pista, identificaron que residía en el caserío Nimayá,
aldea La Vega, municipio de Patzún, Chimaltenango.
Ellas llegaron, conocieron a su familia y a
la comunidad y desde entonces se han convertido en personas que han contribuido
de forma extraordinaria al desarrollo educativo de esa comunidad. Diseñaron el
proyecto “Alianzas de lectura Puerto Rico-Guatemala”, logrando apoyo económico en su país para implementarlo, motivando a personas e
instituciones para que se unan y lo han logrado.
Me contaron que han tenido momentos difíciles
por falta de recursos para continuar con el programa, por lo cual han dispuesto
de sus fondos para sufragar gastos de boletos aéreos, manutención en el país, compra
de materiales y otros gastos que el programa genera.
Encontraron en las artesanías guatemaltecas
la posibilidad de llevarlas a Puerto Rico, venderlas en la universidad y
recaudar fondos para esta noble causa. Se les han unido estudiantes que las
acompañan a desarrollar iniciativas conjuntas.
En el marco del proyecto instalaron una biblioteca con más de mil títulos; generaron
un programa de lectura familiar que ha impactado en el aprendizaje de los niños
y sus familias; donaron equipo de cómputo; capacitan permanentemente a los
maestros y a los padres de familia, y desarrollan actividades especiales, como
elaboración de materiales con los niños, luego de visitas guiadas a lugares turísticos
del interior del país y de la capital.
Conocí cuentos y dibujos escritos por los
niños que demuestran el gran nivel que
han alcanzado con tan importante programa.
Cuando escuchaba el relato de su intervención
en Guatemala, reflexioné en torno a que sí, los propios guatemaltecos,
especialmente quienes cuentan con recursos se comprometieran a apoyar a un
centro educativo utilizando su creatividad, capacidad de gestión, iniciativa y
algunos recursos, las cosas podrían cambiar.
Titulé mi columna “servir no tiene límites”
porque estas amigas de Guatemala, siendo de otro país se comprometieron a
apoyar a una escuela, lo han cumplido y siguen luchando por contribuir.
Guatemaltecos, ahí tenemos un ejemplo de lo que se puede hacer, si tan solo
asumimos un compromiso con nuestro país.
Que tal Oscar Hugo Lopez, hermosa labor la de esas mujeres!!! Somos PECUL Programa Educativo y Cultural Uniendo Latinoamérica, tenemos una propuesta realmente interesante sobre educación y cultura en escuelas y comunidades. En este momento nos encontramos en nuestra gira latinoamericana, en Mexico, hacia Argentina. Próximamente estaremos en Guatemala, por favor contactenos a programapecul@gmail.com así le brindamos mas información.
ResponderEliminarNos encantaría visitar escuelas y comunidades de su hermoso país.
Un gran saludo, Florencia, PECUL.